La violencia, como la ternura, es universal. Es ésta la premisa del montaje en Costa Rica de
Ternura Suite del dramaturgo mexicano
Edgar Chías, obra de la cual ha llegado a referirse, junto a
Oscuro (otro texto suyo) como aberrantes: "si tuviera la oportunidad no las volvería a escribir",
ha dicho. Muy parecido, por cierto, a lo que dijera Anthony Burgess de su
A Clockwork Orange después, eso sí, de que el maestro Kubrick la llevara al cine. Pero quizá, y esto es especulación mía, a Chías no habría que tomarle en un sentido tan literal cuando afirma lo anterior pues sabe que su texto
es necesario.
La situación es esta: una mujer recibe una visita inesperada. El visitante intenta, justificado por la idea de un deseo tan grande como arbitrario, servirse sexualmente de ella. No se conocen. La mujer padece la violencia, pero consigue cambiar la situación. Su venganza es obligada. Nadie puede ayudarla, la justicia no existe para ella y posiblemente para nadie. Entonces, debe inventarla sobre el cuerpo del otro.
El dramaturgo, de manera audaz, ha ingeniado un ensayo sobre la violencia. ¿Es lícita en determinadas circunstancias? ¿cuál es el contexto social que la impulsa? ¿comprender su génesis nos obliga a tolerarla o nos da paso libre para ejercerla siempre y cuando sea en busca de justicia? Es un laberinto interminable el camino por donde transita el discurso de la puesta y nos obliga a los espectadores y espectadoras a estar en distintos lugares psicológicos al mismo tiempo y, como un reto insolente y grotesco, a tomar posición frente a lo que presenciamos (si es que tenemos el coraje o la lucidez).
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Afiche oficial de la primera temporada de Ternura Suite en Costa Rica. |
"Es una historia triste, de corazones rotos y cuerpos despedazados", dicen en
ArKetipo, agrupación responsable de la puesta en coproducción con el
Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica. Se trata de una codirección de
Moy Arburola y
Pablo Morales. La puesta es el resultado de un amplio proceso de exploración por parte del equipo creativo y presenta varias cosas atractivas que acompañan positivamente a la acción dramática. Escénicamente, el público entrará a un espacio tipo teatro arena de manera tal que rodeará la acción y podrá presenciar el movimiento de los actores a muy poca distancia con lo cual se refuerza la penetración y complicidad del público con lo que está ocurriendo delante suyo. Se han incluido recursos pictóricos del pintor Paulo Navarro que otorgan a la puesta un ambiente oscuro e irreal, contrapunto perfecto con el realismo del texto. También están presentes recursos audiovisuales que juegan con la idea de voyeurismo usada para representar, con crudeza pero sin caer en lo grotesco, la escena de la violación de la mujer. Las actuaciones son sólidas y, como es natural en un texto de esta naturaleza, el ritmo y equilibrio de la puesta recaen de lleno sobre los hombros de ambos interpretes. La dualidad, tema transversal del montaje, es rematada con un hábil juego de luces que busca y recalca los contrastes y claroscuros. Puede consultarse el programa de mano completo
aquí.
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Jahel Palmero y Momo Martín. Fotografía: Leonardo Sandoval. |
Desde una lectura personal Ternura Suite es un texto oscuro. Muy oscuro.
Debe ser por la época. El inicio es una presentación de las partes (lo cual, si se observa la introducción completa, se entenderá que es más satíricamente dulce de lo que constituye solamente decirlo), éstas partes no parecieran ser, necesariamente, antagónicas respecto una de la otra, lo cual me produce un sentimiento de perturbación. Pareciera ser hasta este punto, no más comenzando, que lo que se está por presenciar es una bofetada alevosa y grosera de alguien que se ha tomado el tiempo de condensar una parte de la realidad que engloba este presente que me tocó vivir. Salir no es seguro, me dice Anfitriona, y es vedad aunque también tengo la idea punzante de que haber entrado a esta historia tampoco lo es. ¿Podría ser yo mismo el punto pendiente de una lista a punto de comenzar?
“Elijo servirme a mí y a nadie más. Elijo ser yo mismo la medida de orden y autoridad. Yo soy el poder. Yo. Elijo mandarme yo y no obedecer a otro. Yo. Elijo ser el patrón de mis impulsos. Yo. Yo elijo. Yo.” Visitante.
El juego que hay con los nombres es estupendo: él es todos los hombres, ella es todas las mujeres. Roles de víctima y victimario se van intercambiando como cambiarse un guante de látex, y el juego psicológico pareciera involucrarnos aunque no lo queramos. Ternura Suite es para mí un texto que habla de muchas cosas, pero entre ellas la violencia hacia las mujeres, específicamente la violación, es la que más me interesa. Porque la detesto. La odio incluso más que el homicidio. Y es así que pienso que el peso del personaje de ella radica en su capacidad de venganza. Por eso nos gustan tanto los personajes de la televisión o el cine o el teatro, porque pueden hacer lo que nosotros no: vengarse con alevosía. Por supuesto, miento si digo que el texto se queda aquí, como he dicho se pregunta muchas cosas, pero yo me dejo mi opinión hasta acá.
Ternura Suite termina temporada el 13 de octubre de 2013, sus funciones son jueves a sábado a las 8:00pm y domingos a las 6:00pm. Puede verificarse la dirección del Teatro de Bellas Artes
acá. Si es partidario del teatro que lo saque de su lugar de comodidad vaya a ver este espectáculo.